Por: Mara Sánchez
Las pinturas más famosas del mundo
- La Gioconda de Leonardo Da Vinci – Museo del Louvre en París, Francia
Mejor conocida como La Mona Lisa, con una belleza peculiar y enigmática historia, no existe pintura más famosa que esta. El propio pintor expresó alguna vez que era su trabajo favorito, motivo por el cual lo cargaba consigo en sus viajes y pasaba horas observándolo buscando inspiración.
Acerca de la identidad de la mujer no se sabe nada concretamente, desde que era hija de un fabricante de lanas hasta que era Da Vinci vestido de mujer, hay muchos mitos que rodean la historia de este retrato. Es seguramente una de las pinturas más famosas del mundo.
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La Noche Estrellada de Vincent Van Gogh – MoMA en Nueva York, EU.
Siendo la obra maestra de este pintor posimpresionista, un dato que pocos conocen es que representa la vista que Van Gogh tenía desde el cuarto del manicomio en el que se encontraba internado.
A lo largo de su vida Van Gogh únicamente vendió un total de 2 obras, por lo que falleció creyendo que La Noche Estrellada y él, como artista, no eran más que un fracaso, sin embargo hoy en día es de los artistas más influyentes y apreciados del mundo. ¿Ya la conocías? Es una de las más bellas pinturas más famosas del mundo.
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Las Meninas de Diego Velázquez – Museo del Prado en Madrid, España
Gracias a su composición logra intrigar al espectador, siendo una de las pinturas más representativas en la historia del arte, ya que a simple vista se puede apreciar un juego de espejos en el que Velázquez se incluye a sí mismo, a los reyes de España en otro espejo al fondo y en el centro a la infanta Margarita Teresa.
Se dice que lo que buscaba Velázquez al ponerse en un plano a la par de los reyes con increíble elegancia y sutileza era elevar la posición social de la pintura y probablemente, de sí mismo.
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La Joven de la Perla de Johannes Vermeer – Galería Mauritshuis en La Haya, Holanda
Conocida popularmente como La Mona Lisa Holandesa, debido a la enigmática historia que envuelve a esta chica, es la pintura más conocida de Vermeer gracias a la simplicidad e intimidad que brinda la pintura.
El nombre original de la pintura es Un Retrato al Estilo Turco, sin embargo con el paso de los años se popularizó el nombre de La Joven de la Perla, a pesar de que existen estudios que han comprobado que puede no ser una perla, sino un arete de plata.
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El Beso de Gustav Klimt – Palacio Belvedere en Viena, Austria
Siendo el primer ejemplo del gran “Periodo Dorado” de Klimt, esta obra fue vendida desde antes de ser terminada. La pintura mide 180cm x 180cm y nadie sabe si es el gran tamaño, el majestuoso oro o la inefable sensualidad que emana, pero todos los que la han admirado afirman haber quedado sin palabras ante la perfección del cuadro.
Entre las diversas pinturas de su “Periodo Dorado” podemos encontrar también Judit I y el popular Retrato de Adele Bloch-Bauer I.
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El Grito de Edvard Munch – Galería Nacional en Oslo, Noruega
La inspiración le llegó al artista un día que tomaba un caminata a lo largo de un mirador de Oslo, cuando de repente se tornó rojo el cielo y el pintor asegura haber sentido una extrema tristeza y un dolor desgarrador en el pecho, a la vez podía escuchar un estridente grito que atravesaba el lugar.
El cuadro La Desesperación, previo a El Grito, retrata precisamente ese momento y gracias a la fuerza expresiva, esta obra de Munch es considerada la precursora de expresionismo.
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La Persistencia de la Memoria de Salvador Dalí – MoMA en Nueva York, EU.
Esta emblemática pintura surgió durante una alucinación auto-inducida del artista, cuyo propósito era perfeccionar su método paranoico-crítico. Tal fue el éxito de esta pintura que, a pesar de no medir más de 24 x 33 cm es considerada su mayor obra y a partir del momento de su creación, tanto el público como la prensa, empezaron a seguir de cerca su trabajo.
Salvador Dalí era un hombre problemático, por lo que fue expulsado de la sociedad surrealista oficial a pesar de ser el pintor más famoso de aquélla corriente. “El surrealismo soy yo”, gritó Dalí al momento de su expulsión.
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La Última Cena de Leonardo Da Vinci – Convento Santa María delle Grazie en Milano, Italia
Esta pintura es un mural de 460 x 880 cm, el cual únicamente podemos apreciar hoy en día gracias a un sinfín de restauraciones. Sin embargo, ha sufrido múltiples deterioros, por ejemplo: la instalación de una puerta que provocó que se perdieran los pies de Jesús.
Para lograr pintar a Judas, Da Vinci utilizó como modelo a un verdadero criminal. Durante la elaboración del mural el artista decidió visitar diferentes cárceles de Milán, con la finalidad de encontrar a alguien que pudiera servirle para su importante y trascendental trabajo.
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El Nacimiento de Venus de Sandro Botticelli – Galería Uffizi en Florencia, Italia
Esta obra, una de las más famosas de Botticelli, fue creada para adornar el palacio campestre de la familia Médici, cuya temática mitológica se prestó a la perfección para la creación de esta despampanante pintura. El Nacimiento de Venus retrata de la manera más pintoresca posible el clásico mito que nos transporta a un mundo de poesía y sueños.
Parte de la popularidad de esta pintura se debe, además de a su belleza inigualable, al hecho revolucionario de pintar un cuerpo femenino al desnudo, ya que anteriormente el único que se pintaba de esa manera era el de Eva.
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Las Dos Fridas de Frida Kahlo – Museo de Arte Moderno en CDMX, México
A pesar de que hoy en día es un de las obras más valoradas a nivel mundial, al momento de su creación fue difícil de vender ya que la gente no la apreciaba como lo hace actualmente, a pesar ser producida durante el punto culminante de la carrera de Frida.
Siendo una de las obras más viajeras que existen, pues dentro de la historia del arte mexicano es la pieza que más solicitudes de préstamo recibe, las autoridades del INBA establecieron como norma que únicamente será expuesta en lugares donde verdaderamente aporte algo a nivel cultural y museográfico. Una de las pinturas más famosas del mundo y está en México.
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Guernica de Pablo Picasso – Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, España
Indudablemente es la obra más admirada del artista español, sin embargo nunca conoció Guernica, nunca presenció aquel ruin poblado vasco que se encontraba inmerso en la tragedia, nunca observó con sus propios ojos el sitio que fue bombardeado durante la Guerra Civil. No obstante, vio en su devenir sintetizada toda la violencia y la volatilidad de las guerras.
De esta manera logró crear este atemorizante mural cuya arrolladora presencia es un gran estallido monocromático y es trágico, por lo que Picasso atribuye el desarrollo de esta obra a los españoles que se vieron inmersos en el infortunio de la guerra. Seguramente conoces esta y algunas otras de las pinturas más famosas del mundo.
